sin prisa

Cerquita de coger las vacaciones pareciera que hay que organizarse éstas también como el resto del año. Como un plan completo para divertirse, todo controlado, billetes comprados, viaje programado repleto de actividades estridentes, lugar lejano o exótico y más y más.  Respeto a quien le guste estas sensaciones para las vacaciones, pero yo tengo claro que  todo eso me agota más que otra cosa.

Ya desde hace tiempo, descubro que yo soy de las que me encanta que lleguen mis dias de vacaciones para no hacer nada organizado, sino todo a su libre albredio, sin horarios y sin mirar mapas. Perdiéndome por allá dónde me llame la natura o el universo y dónde siento mi lugar blanco de silencio en el paisaje.
Sé que hay ciertos viajes  que se deben programar, pero también sé que a veces desprogramar puede traer esa sensación en el cuerpo de sentirnos libres, sin prisa y sintiendo la sorpresa del camino en los poros de nuestros sentimientos más íntimos y personales. Ahí y justo ahí, es donde yo encuentro mi lugar y si es en buena armonía con mi alma, ya es el colmo de los regalos que me ofrecen las vacaciones. Y yo me siento la mar de bien con grandes pequeñeces.

Así me gusta a mi cogerme mis maletas y trasladarme a la tierra Galega, a recorrer esos parajes que tanto me hacen sentir, sinplemente con gozes naturales  que pueden ser tan simples como bañarme en un rio que encuentre en el camino de Santiago: caminar, observar, sentir, hablar, comer, vibrar,  todo sin prisa . Planificado con pausas a ritmo del cuerpo que me sorprenden plácidamente aún a veces sin quererlo. Adapto mi ritmo de vacaciones a las necesidades que he guardado durante todo el año, para saborearlas en contacto con aquello que me hace vibrar en mi interior. Creo que todo viene de una rareza que me hace sentir distante y desconectada de todo este mundo ruidoso de ahí fuera, será por ello que cada vez más busco esa linea de silencio que me equilibre. O que la sangre gallega que me recorre  por el cuerpo me llama allá donde mis raices se desarrollaron en un mundo Grande, verde y montañoso, simple y llano, pero lleno de humildad, generosidad, honestidad y con rincones deliciosos. Mis padres son gallegos.

En agosto iré,  me llevaré la rebequita para las noches frias, miraré la belleza del cielo  pleno de estrellas y buscaré la que mande un guiño, será el que me manda mi padre, lo sé.  Degustaré y gozaré de manjares con grasa sin  seguir  dieta alguna,  aparcaré el reloj y viviré el tiempo presente sin contar los segundos sólo sintiéndolos en mi tic tac interior.

Así es que  mi plan  veraniego es este,  ya que durante el año me veo obligada a cumplir la organización de  ciertos programas, ahora quiero desorganizarme , desconectarme y sorprenderme sin orden, solo con mi locura de sentimientos y siempre confiando...  Por ahí estaré.

Y mientras espero a que llegue el mes de vacaciones, desde aquí  os deseo a todos aquellos que ya las tenéis que se vivan en goze y  plenitud, cada uno como a su alma le guste.

foto de un camino lleno de confianza