Descubrir que cuando abres bien tus ojos puedes ver todo lo que hay a tu alrededor, sin coste alguno , y que va acompañado de señales que notamos en nuestro cuerpo y que tanto nos aportan, es algo que deberiamos poner más en práctica para acariciar más la plenitud del día a dia.
Callejear y detenerse en observar con los ojos bien abiertos, deleitar pequeñas o magestuosas esencias en personas y en las cosas, abrir la mirada y descubrir aquello que te hace vibrar sin saber por qué, es cuando sientes que tu cara dibuja una sonrisa que nutre el alma y que ha surgido espontánea, sin ningún control consciente. Reir y sonreir a la vida es fácil de decir en palabras, pero sé por experiencia que no siempre surge, aún con el máximo propósito. A la vez, también sabemos que cuando surge sin más una sonrisa es cuando fluye esa mariposa que agradece el amor a la vida. A veces debemos provocarlas de maneras mil, pero para mi ,cuando surgen esas muecas de risa en mi cara de forma natural, es cuando más feliz me siento y no me pregunten por qué. Será entre otros, por andar callejeando con los ojos bien abiertos y el corazón ígual.
Si vamos en el paso a paso, acompañados con la sonrisa que surge espontanea, es quizás ,cuando sin saber los motivos surgen esas señales especiales, que solo cada uno de nosotros sabe distinguir y que vienen a decirnos algo a nuestro oido interior. Yo quiero creer que son momentos mágicos que a través de esas señales del universo, me vienen a decir lo que debo aprender, desaprender o saborear de este momento presente. El dia que callejeo y consigo esa sonrisa, esa señal , me siento llena de vida, y si además sé interpretarlas ya es un agradecimiento completo a la vida.
fotografia mia, observando señales en mi adorada galicia